Paco Nadal: «En ‘La Chistera’ me divierto con un micrófono delante como si fuese el primer día»

Una de las caras y voces más queridas por la audiencia en las últimas décadas se resiste a caer en la relajación y a dejar los micrófonos, a pesar de haber entrado ya en una etapa de su vida en la que trabaja «por diversión». Paco Nadal (Valencia, 1945) sigue mostrando cada mañana de lunes a viernes de 8h a 9h su repertorio de trucos en ‘La Chistera’, una manera amena, diferente e imprevisible de que los oyentes comiencen su día en la 99.9 Valencia Radio.

Lleva usted en activo como periodista desde 1971. ¿Qué mueve a Paco Nadal para, 54 años después, seguir al pie del cañón?

El ‘cuquet’, el cosquilleo en la pancha. Mientras esté bien de salud y no me salgan pegas, en lugar de estar en casa molestando a mi mujer me voy a la radio a hacer el programa, luego a la tele a hacer alguna colaboración… (risas). Es lo que he hecho toda la vida, no sé hacer otra cosa. Ese cosquilleo convierte esto en algo diferente a un trabajo, supone tener un micrófono delante como siempre he tenido y divertirme, por encima de todo y como si fuese el primer día.

¿De dónde sale esa diversión a diario?

La encuentro en poder dirigirme a los oyentes, no sé si muchos o pocos, aunque siempre va bien la cosa. Expresar mis ideas, contarles cosas, hacer compañía a los que escuchan de 8h a 9h, distraerles de camino al trabajo, animarles, despertarles, poner buena música, un grupo de colaboradores fenomenal… Me lo paso muy bien e intento que los oyentes se lo pasen bien.

¿Por qué su programa se llama ‘La Chistera’?

Los magos tienen una chistera de la que sacan conejos, palomas, serpentinas, confeti, pañuelos… De todo. En «La Chistera» cualquier día puedes escuchar a un médico, o a un veterinario, un dentista, un asesor, a AVACU, un administrador de fincas… Colaboradores de todo tipo que nos cuentan cosas que resultan interesantes.

Pienso en ese oyente que va en el coche y que está incómodo porque cada vez tiene peor la vista, y escucha a nuestro oftalmólogo hablar de esos problemas. O Jaime Navarro, un abogado que informa sobre reclamaciones, novedades a nivel legal y cosas útiles para la audiencia. Cada día tratamos de dar información para ayudar en según qué problemas. Es un programa que sorprende por su variedad.

¿Vivimos una época de contenidos marcados por los gustos de sus creadores, o cree usted que los programas deben seguir estando orientados a su audiencia?

Claro, por eso intento en el programa tener a los mejores especialistas en todas las materias: porque yo no lo sé todo. Los oyentes son lo importante. También tenemos un apartado dedicado a los pueblos, y suelen intervenir los alcaldes hablando de sus pueblos, sus fiestas, sus tradiciones… para que la gente se acerque a divertirse.

Usted se ha hecho célebre en su trayectoria como profesional polivalente en radio, televisión, periodismo deportivo, cultural y de fiestas… Ha tocado todos los palos. ¿Alguno predilecto?

Es cierto que la radio es la radio. Por mucho que queramos, no puede cambiar demasiado. Siempre sabemos la programación que nos pide la gente. Sí ha cambiado una cosa: la movilidad. Cuando yo era pequeño teníamos un aparato enorme de radio en una pared, yo le preguntaba a mi padre por los «hombrecillos» que hablaban por el transistor. Ahora la radio se oye en un teléfono, en un iPad, en un reloj, en un ordenador, en el coche… La radio sigue dando las noticias al instante más rápido que la prensa y la televisión.

La tecnología ayuda, antes todo eran líos y ahora es mucho más fácil. Pero los contenidos son los mismos: entrevistas, información, actualidad, deportes… La diferencia la marca que a la gente le guste quién lo presenta. También la popularidad es un factor, y muchos locutores se apoyan en su trabajo en la tele porque son más conocidos. De mi época en la tele recuerdo que todavía voy a los pueblos y la gente me pide autógrafos por aquellos años en Canal Nou (risas). De hecho, la biografía que saqué el año pasado («Paco Nadal, vida de un comunicador valenciano») se titula así porque siempre he intentado comunicar cosas interesantes.

Teniendo en cuenta su histórica vinculación al periodismo deportivo… ¿trata el deporte en «La Chistera» o deja eso para el resto de programas de la casa?

Dependiendo del día sí comento alguna cosa en el inicio del programa, sobre todo los lunes. Arturo Delgado, el técnico de sonido, también es del Levante y solemos comentar cosas del equipo, del basket, resumen del fin de semana… Pero a partir de ahí, más allá de alguna noticia importante que sí comentamos, el deporte no es un bastión de «La Chistera».

Dado el protagonismo de los pueblos en su programa, he de preguntarle por la DANA y el proceso de reconstrucción posterior.

Fue lamentable, muy triste. Viví la riada de 1957, con doce años: yo iba clase al Luis Vives, en Valencia. Luego cubrí para la radio la pantanada de Tous, pero nada como esto. No imaginaba que pudiera pasar algo como lo del 29 de octubre. Durante el primer mes posterior hemos entrevistado a diario a un alcalde o alcaldesa de poblaciones afectadas en la ‘zona cero’. Todavía nos ponemos en contacto con ellos para ver cómo están. Hace unos días hablamos con Llombai, pero para hablar de cosas más bonitas como sus fiestas, porque la gente tiene ganas también de sonreír.

¿Cómo saldrá la sociedad valenciana de la DANA? A nivel social, ¿saldremos fortalecidos o quedaremos ‘tocados’ por mucho tiempo?

Creo que quedaremos tocados mucho tiempo, sobre todo la gente que lo ha sufrido en sus carnes. Los que no lo han sufrido intentan ayudar, pero no lo van a pasar igual de mal que los damnificados. Serán muchos años para poder superarlo y olvidarlo. Poco a poco nos iremos levantando, recuperaremos los vehículos, se rehabilitarán los domicilios del fango, se reabrirán las empresas… pero los que lo perdieron todo lo tendrán muy difícil. Serán las siguientes generaciones las que puedan superarlo. Así es la vida: nunca lo olvidaremos, pero dejaremos de estar en todo momento pensando en lo sucedido.