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Mikel Santiago presenta en Pegando la Hebra nueva novela, “La chica del lago” Mikel Santiago
Un thriller de personaje, Quintana Torres, que ha venido para quedarse en la historia de la novela negra

Hay escritores que construyen mundos donde el misterio y la emoción se entrelazan con la esencia misma de lo humano. Hay historias que no solo se leen, sino que se quedan latiendo dentro de uno; hay territorios que el escritor los crea y convierte en territorios literarios, donde lo cotidiano se vuelve inquietante. Se es el caso de Mikel Santiago que, “La chica del lago”, vuelve a dar valor de personaje al pueblo ficticio de Urkizu y su hermoso e inquietante entorno, generando con ello una atmósfera cargada, muy cinematográfica, que contribuye a la tensión, al aislamiento, al peso de los recuerdos y a la sensación de amenaza persistente. Hay un cambio de escenario respecto a sus obras anteriores, pasando del litoral al interior, generando una atmósfera diferente y explorando nuevas emociones y dinámicas. El agua, sobre todo, cumple un papel simbólico: oculta, refleja, distorsiona, guarda. Como en los mitos antiguos, el lago es frontera y espejo, umbral y tumba. En la historia, Quintana Torres, una escritora de éxito, durante una firma de ejemplares en Bilbao, se acerca a ella un antiguo compañero del instituto y le entrega un misterioso sobre negro con una fotografía del diario de Alba que desapareció cuando ella muere en el pueblo, en extrañas circunstancias, la noche de San Juan de 1999, y cuya historia inspiró su novela de más éxito: La chica del lago. Quintana cancela su gira y regresa al pueblo vasco de Urkizu, a la casa de su padre, para investigar los secretos enterrados del pasado, entrelazando presente y pasado para desvelar una verdad oculta durante años. Su regreso al pueblo, ¿es una metáfora del retorno a la zona oscura de la conciencia?

Mikel Santiago, después de haber presentado en PLH su exitosa “Trilogía de Illumbe, y “El hijo olvidado”, ha vuelto para hacerlo con “La chica del lago”, un thriller “de personaje”, el de Quintana Torres: “Quería trabajar un personaje con mucha profundidad y en muchos frentes, que vive un momento profesional dulce, pero al mismo tiempo un momento complicado para ella en lo personal (…) Quise explorar el peso del éxito, la culpa, la identidad, la presión editorial, algo que añade profundidad moral y psicológica al thriller”; “La protagonista es escritora, lo que permite reflejar emociones reales y el peso de la memoria, la culpa y la identidad (…) Es un personaje con fragilidad, con miedos, con humanidad. No es la típica investigadora profesional, sino alguien que aprende y se enfrenta a sus propios límites, a sus problemas personales o existenciales: la reciente muerte de su padre, una ruptura sentimental, el duelo o las difíciles relaciones familiares, el sentimiento de culpa por no haber tratado bien a Alba…”. Respecto al cambio de la ambientación que pasa a un pueblo del interior, Mikel afirma, “hay un misterio con una ambientación nueva en una pequeña localidad del interior, un desafío creativo·, para el que se documentó y se “sumergió” en el territorio. Los tres ejes temáticos, memoria, culpa. La identidad, novela articula una reflexión moral y emocional: la memoria es el territorio donde se busca la verdad. La culpa es la fuerza que obliga a mirar ese territorio. La identidad es lo que se reconstruye después del hallazgo. Se suman el éxito y la presión, el duelo y pérdida.

Mikel Santiago convierte el thriller en una exploración existencial: el misterio no solo busca resolver un crimen, sino esclarecer quiénes somos cuando la sombra del pasado vuelve a tocarnos. La novela, sin renunciar al suspense, ilumina los pliegues más íntimos de la identidad y del miedo y nos invita a mirar de frente aquello que el agua, a veces, intenta esconder. Su obra, reconocida y celebrada en España con proyección internacional, no se limita a narrar sucesos: invita al lector a sumergirse en la profundidad de la memoria, a contemplar la sombra de la culpa y a explorar los fragmentos de identidad que todos llevamos dentro. Y lo hace con su estilo literario: prosa precisa; ritmo ágil; alternancia de perspectiva y de tiempos; uso de metáforas, simbolismo del lago, descripciones sensoriales y monólogos internos; capítulos cortos; giros narrativos; capacidad de tensión y densidad atmosférica en cada uno de sus 107 capítulos, de sus 7 partes, a modo de hilo que nos arrastra hacia la verdad. Cada personaje, un reflejo de nosotros mismos, lleva consigo una parte de la verdad, y la novela es el proceso lento y doloroso de reunir esas partes que cada cual alumbra un ángulo distinto del misterio, de la sombra con la que, a veces envolvemos la memoria. Mikel Santiago construye un thriller que alberga una preocupación más profunda: la fragilidad de la memoria humana y la forma en que los secretos condicionan la identidad. La chica del lago es una reflexión narrativa sobre la memoria, la culpa y la persistencia de la pregunta: ¿Qué queda de nosotros después de las noches que cambiaron nuestra vida? Lo que ha quedado “de” nosotros después de charlar con Mikel Santiago sobre la novela es, como siempre, una gratísima sensación, porque, además de gran escritor y excelente ser humano, es un divertidísimo conversador.

Además, hoy hemos contado con la presencia de nuestra querida Marta Donada, ¡que aparece en esta novela de Mikel Santiago! Gracias a los dos por todo.



Pegando la Hebra, dirige y presenta, María Vicenta Porcar, control de sonido, Juan Lafuente. 99.9 Valencia Radio, dial 99.9 FM Valencia (España) y www.la999.es. PODCAST en la web de la emisora, Ivoox, Spotify, Youtube, etc.