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Ariadna G. García poeta premiada, novelista y crítica literaria, en el espacio Palabra de poeta de Pegando la Hebra Ariadna G. García
“La poesía de Ariadna G. García es tan necesaria como el pan de cada día. Como el aire que exigimos 13 veces por minuto.”

Ariadna G. García es poeta, novelista, editora, literaria y profesora. Ha vivido en la emblemática Residencia de Estudiantes gracias a una beca de creación artística. Ha publicado varios libros de poemas, destacamos: Napalm, Apátrida, La Guerra de Invierno, Ciudad sumergida (todos en Hiperión), Helio (La Garúa), Las noches de Ugglebo (Diputación de Granada), Sublevación (Pre-Textos) y Sabiduría de los límites. Línea de flotación (Universidad de Alcalá de Henares). Adamar es su último poemario publicado este año por PreTextos. Su obra ha sido reconocida, entre otros, con los premios Hiperión e Internacional Miguel Hernández. Ha publicado las novelas Inercia (Baile del Sol), El año cero (Ménades) y El bosque sagrado (Cántico).

Además, ha preparado ediciones de clásicos para Akal: Antología de la poesía española 1939-1975, Poesía española de los Siglos de Oro y Antología poética de Juana Inés de la Cruz. También ha traducido (en colaboración con Ruth Guajardo), el libro Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos, del escritor Ray Bradbury (Salto de Página). Su labor crítica ha sido recogida en Cornucopia. Reseñas de literatura contemporánea (2006-2020) (Polibea). Es profesora en un instituto público de Madrid.

Alejandro López Andrada ha dicho del poemario “Adamar” de Ariadna G. García: “… este espléndido libro, viene a regalarnos un suave parapeto en el que refugiarnos de la mediocridad (…) el poemario conforma un racimo portentoso de buenos poemas cifrados por la magia de la melancolía, el misterio y la emoción (…) instantes líricos magnéticos que nos atan los ojos, el alma, el corazón a un volumen poético escrito con solvencia, en estado de gracia, colmado de ternura, de amor y respeto a la Naturaleza, a la luz de la infancia, al sentido familiar de la tierra entendida como alma de mujer. Cuando uno respira el ritmo de estos versos siente estar cruzando un paisaje de aguasol donde el arco iris brilla en lontananza (…) Estamos, por tanto, ante un libro magistral, donde no sobra nada ni tampoco falta nada para encender la mirada del lector y trasladarlo a un espacio intemporal (…)Todos los elementos esenciales de la vida (la lluvia, el viento, el silencio, el sol, la hierba…) constituyen el magma poético de un libro cargado de símbolos e ideas sustanciosas que aquilatan la urdimbre de un venerable espacio donde disfrutar de una lectura sosegada que nos lleva a reflexionar sobre la huella que el paso del tiempo deja en nuestras almas. El poemario conforma un racimo portentoso de buenos poemas cifrados por la magia de la melancolía, el misterio y la emoción, todos ellos de una calidad insobornable, con los que alcanza su cénit, su imponente madurez, distinguiéndola como una de las voces líricas más serenas, valiosas e imprescindibles, de la poesía española contemporánea”
Por su parte, Juan Carlos Abril destaca la coherencia que ha desarrollado Ariadna G. García a lo largo de su trayectoria, así como la energía positiva, y la pasión que emana ya desde el título de su último poemario, “Adamar”, un verbo ya en desuso que significa amar con pasión, con vehemencia y que, en la poeta, indica un amor profundo, no desesperado y trágico, sino un sentimiento utópico y universal, una motivación que nace de lo más interior del ser humano. La hermosa y también amorosa reseña la cierra Abril con unas palabras emocionantes: “… la poesía de Ariadna G. García es tan necesaria como el pan de cada día. Como el aire que exigimos 13 veces por minuto.”

Para Ariadna G. García, la poesía es una herramienta de autoconocimiento y transformación interna, un “testimonio de un discurrir, de un ir tras el conocimiento de quién se es, del encuentro con uno mismo”. Entiende la poesía como exploración interior, como vía para darle luz al vacío del ser para “trascender cuanto tienen de anécdota las experiencias reales”, transformar lo vivido, lo íntimo, en algo universal, en una forma de conectar con otros, con tradiciones, con una conciencia más amplia. “Los poetas debemos ofrecer a nuestros lectores energía positiva. Podemos dar forma a una vida nueva, de amor y piedad”; (…) “No concibo una poesía que no pretenda transformar el mundo. Y el mundo empieza por un lector”. Ariadna vive la poesía como una forma de cuidado: “La poesía es una compañera que te escucha, te alienta, te critica, te convence y trata de sacar de ti tu mejor versión”; como puente entre tradición y contemporaneidad: su alma “renacentista” dialoga con el ahora, con las utopías, con la memoria, con lo íntimo, con lo colectivo; como testimonio de lo real, no para embellecer, sino para nombrar lo que duele, lo que pesa, lo que somos; la poesía es para ella un acto ético y comunitario: entender que el verso no es solo un ego, sino una voz que puede abrir espacios de libertad, de denuncia, de esperanza; la poesía es como compromiso con la palabra: pedir su lugar en el canon, reclamar su voz frente al silencio, dar forma a lo invisible para volverlo memoria compartida. Su poesía es, en esencia, un pacto con la claridad y, como dice Juan Carlos Abril, “… la poesía de Ariadna G. García es tan necesaria como el pan de cada día. Como el aire que exigimos 13 veces por minuto.”

Pegando la Hebra, dirige y presenta, María Vicenta Porcar, control de sonido, Juan Lafuente. 99.9 Valencia Radio, dial 99.9 FM Valencia (España) y www.la999.es. PODCAST en la web de la emisora, Ivoox, Spotify, Youtube, etc.