NEW YORK, NEW YORK - SEPTEMBER 12: (AUDIO OMITTED) Models walk the runway at the Sergio Hudson Fashion Show during September 2025 New York Fashion Week on September 12, 2025 in New York City. (Footage by Jayson Jimenez/Getty Images)
Por Carla Arjona
La Semana de la Moda de Nueva York SS 2026 se consolidó como una de las ediciones más potentes de los últimos años. Entre la nostalgia noventera, el maximalismo escénico y el minimalismo arquitectónico, la pasarela neoyorquina volvió a ser el escenario donde la moda habla de presente, memoria e identidad.
Este año, los grandes clásicos reafirmaron su ADN con nuevas lecturas, mientras que nombres contemporáneos —de Sergio Hudson a Khaite, pasando por Rachel Comey o COS— ampliaron el discurso hacia un lujo más táctil, emocional y conectado con la calle.
Ralph Lauren presentó un juego entre el pinstripe clásico y el western sofisticado, recordando que su visión de América es, ante todo, atemporal.
Michael Kors viajó a la Costa Oeste con tonos tierra, fringe, pijamas de seda y un espíritu boho chic elegante.
Calvin Klein regresó al minimalismo con cortes depurados y sastrería de líneas rectas que reivindican el poder del menos es más.
Altuzarra propuso vestidos etéreos inspirados en aves y en lo surreal, cargados de movimiento.
Anna Sui apostó por la intimidad y la herencia, celebrando la moda como comunidad.
Off-White reescribió códigos juveniles con frescura rebelde y estética urbana.
Rachel Comey brilló con tweeds metálicos, sedas brillantes y capas prácticas para la mujer real que quiere moda de calle con presencia.
Tory Burch elevó su propuesta hacia la sofisticación con vestidos fluidos, siluetas modernas y un aire cosmopolita que conecta con el lifestyle de la mujer urbana.
Jason Wu apostó por la feminidad depurada: seda, organza y drapeados que realzan la elegancia sin
excesos.
Christian Siriano se volcó en lo teatral: volúmenes dramáticos, polka dots XXL, contrastes en blanco y negro y transparencias sofisticadas.
Khaite reafirmó su lugar como referente del nuevo minimalismo americano: sastrería precisa, cuero trabajado, siluetas estructuradas y un equilibrio entre lo clásico y lo moderno.
Sergio Hudson desató glamour ochentero con neones, animal print, lentejuelas, hombros marcados y bordados inspirados en motivos africanos.
COS consolidó su visión minimalista y sostenible, con cortes arquitectónicos, tejidos inteligentes y un
enfoque urbano que se siente relevante.
Willy Chavarria con una colección exploró una feminidad que no responde a la norma, sino a la libertad.
Materiales: seda fluida, suede, organza, tweeds metálicos, cuero estructurado, quilting tridimensional y patchwork con abalorios.
Patrones que vimos repetirse: animal print en todas sus versiones, polka dots gigantes, rayas poderosas y
geometrías que crean movimiento.
Detalles: lentejuelas que captan la luz, bordados artesanales, aplicaciones de hardware dorado y acabados metálicos que transforman cada prenda en una experiencia sensorial.
La paleta de esta temporada fue un choque entre lo vibrante y lo delicado: Butter yellow como color estrella: cálido, optimista y adaptable.
Neones en rosa, púrpura y verde, sobre todo en las propuestas de Sergio Hudson y Area.
Pasteles intensificados, que no buscan suavizar sino iluminar.
Metálicos líquidos, en dorado, plateado y tonos iridiscentes.
Neutros clásicos: blanco, negro y beige que equilibran el maximalismo.

Maximalismo teatral: Christian Siriano, Sergio Hudson y Area llevaron el dramatismo a otra escala con volúmenes, brillos y estampados de alto impacto.
Minimalismo renovado: Khaite, Calvin Klein y COS defendieron la sobriedad con cortes limpios, siluetas
arquitectónicas y tejidos premium.
Siluetas de poder: hombros estructurados, cinturas definidas y mangas con volumen dominaron, recordando la fuerza del revival ochentero.
Romanticismo con filo: Jason Wu y Tory Burch trabajaron transparencias, volantes y drapeados, pero conun aire sofisticado y contemporáneo.
Inspiración cultural: Sergio Hudson revalorizó el legado africano a través de bordados, prints y volúmenes,
dándole un discurso identitario a su colección.
Lujo táctil: materiales que invitan a tocar: suede, tweeds, seda y organza, en contraste con lentejuelas y
metálicos reflectantes.
Color como declaración: desde el butter yellow hasta el neón, pasando por metálicos líquidos. La ropa es,
literalmente, un reflector de luz.
Sostenibilidad con estilo: COS y nuevas voces emergentes reivindican que la ética ya no es opcional, sino
parte del diseño.
