
Luisa Gavasa con Chavela, Rosa Ribas y los Hernández, Yulieth González , Vicente Marco, Juan Miguel Aguilera y Marina Lomar María Vicenta Porcar
Teatro mágico, literatura, poesía, divulgación científica y un taller literario en nuestra tiempo de cultura
Hoy en el consultorio Literario de Vicente Marco: “Un profesor, tendrían que luchar por encontrar la voz propia del alumno”: “Aprender a escribir correctamente no tiene tanto que ver por escribir bien. Escribir bien es ser uno mismo”. Vicente Marco, escritor y formador, fundador de los Talleres Vicente Marco, ganador de múltiples premios literarios nacionales e internacionales, imparte talleres de escritura creativa en distintas ciudades de España desde hace más de dos décadas. Su obra se caracteriza por una profunda exploración de la condición humana y la sociedad, mientras que sus talleres se enfocan en potenciar la creatividad de los participantes, ayudándolos a desarrollar su voz literaria y a contar sus propias historias. Ha sido clave en la formación de nuevas generaciones de escritores. En el año 2024 se le concedió el Galardón de las Letras del Mediterráneo que premia toda su trayectoria literaria.
La construcción de personajes en el Consultorio Literario Radiofónico de Vicente Marco Aguilar era el tema fe hoy, sin embargo, un oyente, Pepe, que asistió a la presentación des su libro, “El taller de escritura Max Aub”, nos ha solicitado una síntesis de cuáles son las claves fundamentales de un taller literario. A lo que Vicente ha respondido lo siguiente: “es una pregunta muy genérica, es exactamente, cuando uno hace un taller de escritura, o cuando uno está aprendiendo a escribir, lo que creo fundamental, es huir de los genérico, huir de lo general, huir de lo que hacen todos (…) si me pregunta por las claves de lo que sería un taller entiendo que quiere decir cómo sería el taller ideal para mí, o cuál sería el taller de escritura ideal. Habría pensar que, en muchos talleres y muchos profesores, entre los que me incluyo, cometemos el error frecuente de intentar que nuestros alumnos escriban de una determinada, manera que consideramos correcta, y que es nuestra manera (…) una manera que viene de haber estudiado durante mucho tiempo la escritura, no sólo muestra, sino también de manuales de escritura, decálogos de escritura, de grandes hombres de las letras. Pero esa manera general de escribir nunca va a ser la propicia para que alguien aprenda de verdad a escribir, podrá aprender correctamente, pero cuidado, porque aprender correctamente no tiene tanto que ver por escribir bien. Escribir bien es otra cosa. Para mí escribir bien es ser uno mismo. Hay que intentar huir de los artificios, de la impostura, de ese intento de ser quien no es uno mismo. (…) Hacer ingentes cantidades de alumnos con una percepción general de la escritura y con una manera general de escribir, es precisamente, lo que yo creo que tendríamos que evitar. Un profesor, tendrían que luchar por encontrar la voz propia del alumno.”
Mensajes para Vicente Marco Aguilar en el whatsapp del teléfono de PLH: +34 649024139.
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Reemisión del espacio Micromegas de Juan Miguel Aguilera con la erupción del volcán Tambora y la creación de Frankenstein. En 1815 sus efectos devastadores cambiaron el mundo
En el programa de hoy hemos reemitido el espacio Micromegas, de Juan Miguel Aguilera, premiado escritor e ilustrador, divulgador científico y cinéfilo, del 30 de septiembre de 2021, en el que nos recordó los efectos en el mundo de la erupción, el 10 de abril de 1815, del del volcán Tambora, ubicado en la actual Indonesia,
que provocó drásticos cambios meteorológicos. Toneladas de polvo de azufre que se extendieron por todo el planeta, dando lugar a un largo enfriamiento que alteró el ciclo agrícola; las temperaturas estivales, especialmente en el hemisferio norte, se desplomaron y no dejó de llover durante meses, lo que destruyó las cosechas que derivó en una hambruna en toda Europa provocando enfermedades y miserias. Estos cambios drásticos en la climatología, causados por la erupción del Tambora influyeron notablemente en la victoria de Wellington el 18 de junio, en la batalla de Waterloo, y la desaparición de Napoleón Bonaparte de la escena militar, que sería exiliado hasta el fin de sus días a la isla de Santa Helena.
A causa de la climatología, tan adversa, un grupo de amigos que compartían la misma pasión por la escritura -entre ellos Mary y Percy Shelley, Lord Byron y Polidori se vieron obligados a quedarse largo tiempo encerrados en casa, en Villa Diodati, y se aficionaron a pasar las veladas leyendo relatos de terror. En esa atmósfera surgió la idea de “Frankenstein” en Mary Shelley. Allí Lord Byron escribiría uno de los poemas más angustiantes de la literatura gótica “Oscuridad”: ““Tuve un sueño, que no era del todo un sueño. El brillante sol se apagaba, y los astros vagaban diluyéndose en el espacio eterno, sin rayos, sin senderos… y la helada tierra oscilaba ciega y oscureciéndose en el aire sin luna; la mañana llegó, y se fue, y llegó y no trajo consigo el día…”.
Este espacio de Juan Miguel, ha devenido, desde hace algún tiempo, en Micromegas: La Tertulia, en el que conversa en cada ocasión con uno de sus amigos. Ya han pasado por él los escritores Alfonso Mateo Sagasta y José Carlos Somoza. También el propio Juan Miguel Aguilera ha sido protagonista con ocasión de la presentación de su magnífica novela “Arkología”. ¿Quién será su próximo invitado o invitada? Seguro que alguien tan interesante buen conversador como él.
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La escritora Rosa Ribas ha presentado en PLH su novela, «Los viejos amores» de la exitosa saga de la familia de los detectives Hernández. La saga continúa porque: “Sentía que los personajes todavía seguían vivos”: La escritora Rosa Ribas, con más de treinta libros publicados entre novelas, relatos, traducciones y ensayos, después de haber presentado «Peces abisales» en PLH, ahora lo ha hecho con la novela, «Los viejos amores», cuarta entrega de su exitosa saga de la familia de los detectives Hernández, una familia de detectives que viven en el barrio de San Andreu en Barcelona, A través de estos peculiares personajes y sus investigaciones, Rosa Ribas nos habla de la naturaleza humana y de las relaciones personales y familiares. Con secretos que se callan, la convivencia con algunas enfermedades mentales, y sobre todo la inteligencia para resolver asuntos muy actuales la primera y única regla de la agencia de los Hernández es que no se investiga a la familia. Mateo, el padre y jefe, está al frente de la agencia ayudado por sus hijas, Nora y Amalia, y la pareja de esta, Ayala, además de contar con las intuiciones de Lola, su mujer, que sufre trastornos mentales, pero que es el cerebro en la sombra y es la que ve lo que nadie ve, Claudia, hermana mayor de Lola y Sergio, la pareja de Nora.
Recibir a Rosa Ribas y conversas con ella sobre sus libros, que es conversar de la vida, es siempre muy grato. Con ella hemos ido desgranando los temas que predominan en esta novela interesante y profunda; los llamados “estafadores del amor”, la ciberdelincuencia, las redes sociales y los múltiples mensajes perversos; la credulidad, y la educación romántica, de películas y novelas que abonan los grandes amores, una fantasía que te hace creer que eso dará sentido a tu vida. “La perversidad de la canción “El ramito de violetas’ (de Cecilia), porque en ella un maltratador (era el mismo demonio) le envía florecitas. Estos estafadores del amor dominan las estrategias psicológicas y detectan si te sientes solo o vulnerable por una pérdida”. Rosa nos habla del doble castigo de las víctimas que se reciben, la revictimización por la burla de la gente: «Todo el mundo piensa que son idiotas y no reciben solidaridad ni compasión. Pero todos deberían ponerse en su lugar”. Laieta Casanovas, una vecina viuda del barrio, es una delas víctimas. Su hijo busca los servicios de los detectives Hernández para saber quién engañó a su madre antes de su muerte. Mateo sigue al frente de la agencia ayudado por sus hijas, Nora y Amalia, y la pareja de esta, Ayala, además de contar con las intuiciones de Lola, su mujer, que sufre trastornos mentales. Rosa dice: “El negocio de los estafadores del amor es perverso que ataca a la gente más vulnerable, sobre todo mujeres mayores, pero también hombres. Son depredadores, como hienas que se lanzan sobre los más débiles y heridos. Envían miles de mensajes y correos al día y siempre alguno caerá. Es una trampa cruel. “Ves los intercambios de correos con sus víctimas que se han publicado y te das cuenta de cómo les sacan información sin que se den cuenta y la usan para hacerles creer que las conocen, que comparten afinidades. Las hacen sentir jóvenes y deseables». Rosa también habla de que le gusta «crear imágenes diferentes, trabajar con metáforas nuevas, pero tienen que estar integradas con naturalidad en el discurso de cada uno de los personajes, Adapto el lenguaje a lo que quiero contar, pero es un trabajo de depuración constante, que, aunque parezca que es fácil, es muy difícil, tienes que pulir muchísimo.” Los contextos, lejos de ser el motor principal de la novela, sirve de pretexto para indagar en los estratos emocionales de los personajes.
De Rosa Ribas se ha dicho, entre otras cosas: “Los Hernández, una tribu disfuncional en lo personal y una Agencia de Detectives en lo laboral… Como en las buenas novelas de género, el argumento es la excusa para que la autora hable de lo que le importa. La familia, tanto un refugio como una prisión, el hilo que nos guía en el laberinto y la soga colgando de una viga.” Carlos Zanón, La Vanguardia; “Para muchos, la mejor escritora de novela negra en España.» Pedro M. Espinosa, Diario de Cádiz; Los viejos amores, puede considerarse un texto digno de su antecesora, con una ambición incluso mayor. Ribas confirma su coraje narrativo al alejarse de los artificios del género para explorar lo opaco, lo humano, lo quebrado. Es un libro que no grita, susurra, y en ese murmullo resuenan verdades difíciles de nombrar. Especialmente para quienes alguna vez volvieron a un lugar sabiendo que ya no serían bienvenidos. “Las novelas de Rosa Ribas son un deleite para los lectores.” Marta Marne, El Periódico En Pegando la Hebra disfrutamos leyendo y escuchando la palabra hablada y el humor de Rosa Ribas. Marina Lomar ha participado en la entrevista.
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La gran actriz Luisa Gavasa presenta en PLH, “Chavela, la última Chamana,” que se estrena este viernes en La Rambleta. Con Rpzalén, Paula Iwasaki, Raquel Varela, Laura Porras, la música de Alejandro Pelayo y dirección de Carolina Román, crean un espectáculo deslumbrante: La obra “Chavela, la última chamana”, con dirección y dramaturgia de Carolina Román, las cantantes Rozalén y Nita, las actrices Luisa Gavasa, Paula Iwasaki, Raquel Varela y Laura Porras, con la composición musical y música en directo de Alejandro Pelayo, escenografía de Javier Ruiz de Alegría, vídeo escena de Ezequiel Romero, vestuario de Elda Noriega y la Iluminación de Raúl Baena y Eduardo Vizuete, está llenando todos los teatros, con las entradas agotadas con mucha antelación, y obteniendo un éxito clamoroso en una intensa gira que recala mañana viernes y el sábado en La Rambleta de Valencia donde, desde hace casi tres meses no quedan localidades. La gran actriz Luisa Gavasa nos ha presentado y hablado de este espectáculo al que se ha calificado como “una experiencia multisensorial. Su mezcla de música, narrativa hecha poesía y un diseño escénico cuidado logran que la vida de esta artista, que redefinió la ranchera, sea celebrada como se merece: con intensidad y verdad.” Desde las interpretaciones memorables hasta los últimos minutos cargados de magia, Chavela quedará en la memoria de todos los que vivan esta experiencia.
Hay mucha magia en todo el proceso de creación y desarrollo de la obra. Desde cómo surge la idean México cuando Carolina Román donde conoció a María Cortina, amiga y heredera de sus derechos universales. Y a través de la historia de la persona, no del mito, es como se despertó en ella este primer amor para poder embarcarse en semejante historia que habla de cualquiera de nosotros, porque el teatro sirve como espejo” cuenta Carolina. Y crea la dramaturgia y dirige una obra que se ha dicho que “se vive una experiencia teatral única. Este homenaje no es un simple repaso biográfico, sino un viaje al alma de una artista irrepetible, Chavela Vargas. Con una mezcla magistral de realismo mágico, música en directo y una puesta en escena impactante, esta obra celebra la vida, la pasión y la libertad que definieron su legado. Bajo el poético subtítulo de `un canto de vida´, Chavela transporta al público a un mundo cargado de verdades, amores, dolores y magia.” La obra se centra en sus últimos días: momentos de soledad, recuerdos y su estrecha relación con la muerte, representada por el omnipresente personaje de “La Pelona”. Chavela decía que había burlado a “La Pelona” dos veces, y este juego entre lo mágico y lo terrenal se convierte en el hilo conductor del espectáculo.
Luisa Gavasa encarna a una Chavela madura y reflexiva en sus últimos días de vida. Los elogios a su interpretación: “Con maestría, transmite la dualidad de fortaleza y vulnerabilidad que marcaron la vida de Chavela. Luisa, ganadora del Premio Goya por La novia (2015), es un ícono del teatro y cine español, y muestra una serenidad teñida de humor y con maestría, transmite la dualidad de fortaleza y vulnerabilidad que marcaron la vida de Chavela. Luisa revive con una fidelidad natural, sin impostación, a esa chamana que, por fin, está a punto de entregarse a La Pelona -así llamaba a la muerte-. Luisa anda como Chavela sin haberla visto nunca caminar, en lo que casi constituye un milagro. Superar las expectativas altas no es sencillo, pero contar sobre las tablas con la sublime Luisa Gavasa ayuda. Y es que subir al escenario a cantantes sin experiencia en teatro parece arriesgado, aunque el corazón latiendo en la voz compensa los años de actuación.”
Luisa Gavasa dice que esta es la primera vez que interpreta a un personaje tan querido y que existió en la realidad. “Yo estaba asustada porque no sabía cómo enfrentarme a Chavela Vargas y hacía años que no hacía teatro. Pero Carolina, la que de alguna manera me ha llevado de la mano para poder entenderla.”; “La edad le ha enseñado a entender que te vas y a aprender a irte. “Este papel me hace enfrentarme cada día a la muerte, la tienes más cerca y la toleras como puedes y Chavela me ha hecho enfrentarme a ello. Quizá esa sea la lección que me está dando Chavela, la de aprender a irme desde la dignidad.
Las voces de Rozalén Nita, Paula Iwasaki y Luisa Gavasa crean una experiencia sonora inolvidable, su interpretación de La Llorona, a distintas voces, a la que se suman Raquel Varela y Laura Porras, es una experiencia coral llena de matices, sensorial y sobrecogedora. Entre todas tres nos ofrecen un rincón de ternura bañado de luz e historia única. El elenco de estupendas actrices, dan voz y fuerza a las distintas chavelas, que se mezclan y desdoblan en distintos espacios y tiempos, para acabar uniéndose en uno que podemos retrasar, jugando al escondite, pero del que no podemos escapar: la muerte. Cabe destacar que Rozalén, que encarna a la Chavela diva, sorprende también como actriz. Su voz no solo acompaña la narrativa, la eleva, convirtiéndola en una conexión directa al corazón del público. Paula Iwasaki le pone voz y sentimiento a la Chavela niña y joven llena de energía y rebeldía, Paula captura los momentos más intensos de la cantante. Su interpretación es pura fuerza y visceralidad. Paula es magnética y promete seguir sorprendiendo.
La capacidad de crear las emociones que despierta esta obra, es algo que se consigue en muy pocas ocasiones y aquí se logra una y otra vez. La excelente dirección de Carolina Román amalgama al grupo de actrices y al músico, creando entre todos, una magia que hace que el público estalle en aplausos y bravos desbordantes de emoción hasta la lágrima.
Con su capacidad para comunicar y emocionarnos, Luisa Gavasa nos ha llevado por muchos de los momentos vividos antes, durante y detrás del escenario sobre el que consiguen que nos sintamos atravesados por su amor y su respeto por Chavela y por el arte.
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Yulieth González Zea, Premio Poesía Joven Martín García Ramos con “Mísero festín de las gaviotas”, en el espacio Palabra de poeta: Yulieth González Zea, nacida en Duitama, Boyacá, Colombia, es Administradora Turística y Hotelera Especialista en Planificación del Turismo Sostenible, consultora en turismo y marketing digital, escritora y gestora de proyectos culturales. Ha publicado el poemario, Carta Celeste (BPoetry Editores, 2024), un trabajo que gira en torno al amor, el deseo, la naturaleza, la familia y la vida cotidiana. Poemas y cuentos suyos han sido publicados en medios físicos y digitales. Forma parte de los colectivos Burdelianas Poetry, una revista digital que pone el foco en importantes poetas colombianos, y de Letras en movimiento, proyecto en el cual también es tallerista y promotora de lectura y escritura. Ha sido invitada a participar como escritora y tallerista en eventos literarios a nivel local y nacional. Yulieth González Zea también experimenta con otras artes como la fotografía, la pintura al óleo, la miniatura y el collage e incluso trabaja con la poesía visual. Con su libro “Mísero festín de las gaviotas” ha ganado del XXIV Certamen Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos de Albox, España, dotado con 6000 euros.
La prestigiosa escritora Berta Lucía Estrada afirma que, hasta el momento, “solo una colombiana había logrado esa distinción, Lauren Mendinueta quien ya es reconocida como una de las voces más importantes de su generación en Latinoamérica; por lo que no dudo que Yulieth Gonzalez Zea también llegará muy lejos. Su poemario será publicado en el 2026 por la prestigiosa editorial Difácil. Habría que recordar que este premio es el más importante que se otorga en la categoría que reconoce el trabajo de poetas jóvenes y además hacía cuatro años que ningún poeta latinoamericano había logrado alzarse con dicha aprese. Y la poeta Ross Madder escribió esta hermosa reseña sobre este libro que va a marcar un hito en la poesía colombiana”: “Mísero festín de las gaviotas, es un canto profundamente humano. Al traspasar la puerta cancel, una mano espera y guía por los espacios de la memoria, me conduce a través de sus paisajes, y deambulamos como dos niñas. Ella me muestra en el espejo los tiempos de antaño: la montaña, la bisabuela, la abuela, todas las mujeres de su linaje. Allí, las mujeres siembran en la oscuridad, y el día y la noche se balancean en una misma penumbra. La escena es dogvillesca. La voz que canta se vuelve visceral y lúgubre. Los espacios se fragmentan. Es la poeta quien deambula por cada parte de su cuerpo, en cada dolor de su carne, en cada recuerdo. Silenciosa, danza como quien recorre las habitaciones de su propia casa. Me viene a la mente Casa tomada, de Cortázar, ese no sé qué que palpita, que acecha en los corredores, que derriba puertas mientras el corazón late. Pero pronto aparece la Amazona, la que monta su bicicleta sin frenos, la que enseña esa forma de felicidad en medio de la tragedia (…) A cada paso de la ruta parece crecer un poco más, y de pronto es la sensualidad de quien lee páginas vedadas, una flama candorosa donde el placer es su renacimiento y ella duerme tranquila en los brazos que son ahora su hogar. Se despierta a la luz, al vuelo, el viaje, el alivio, es ella en su propio vuelo, respira, siente que deja todo atrás, pero el olor salino le recuerda sus lágrimas. El mar le revela sus propias profundidades (…) Aparece nuevamente la mirada —la que observa y es observada—, el tedio, la superficialidad. Consciente del mar y sus visitantes, del veneno y la humillación para las gaviotas, ve las migajas, el banquete donde estas aves son extranjeras en su propia tierra. El sonido del mar, la nostalgia, el vacío, la náusea la arrastran hasta las más profundas praderas, donde transmuta una y otra vez en seres mitológicos, en barquitos de papel (…) Este es el círculo constante de estas letras: de dolor y redención, de muerte y renacimiento, de múltiples metamorfosis.
Es el viaje de alguien que parece ir de las montañas hacia el mar, pero que realmente nunca se va ni termina por volver. Mísero festín de las gaviotas es un grito poético que dice todo aquello que se siente, pero no desde la queja, sino desde la valentía de quien se observa y se reconoce con sus luces y sombras. Una diatriba que no busca consuelo, sino verdad; un canto de renacimiento y eterno retorno, que se alza como acto de memoria, resistencia y coraje”.
Pegando la Hebra, dirige y presenta, María Vicenta Porcar, control de sonido, Juan Lafuente. 99.9 Valencia Radio, dial 99.9 FM Valencia (España) y www.la999.es. Podcast: en la web y App de la emisora, Ivoox, Spotify, Youtube, etc.