El 25% de las personas de más de 65 años se caen una vez al año Lucía Guirado
La Unidad de Prevención de Caídas de IMED Colón detecta las patologías que provocan las caídas y da las claves y tratamientos para evitarlas
La edad no perdona pero sí hay soluciones para reducir y prevenir sus efectos. A lo largo de los años hay unos hitos que nos recuerdan que ya no somos tan jóvenes. En los 40 aparece la presbicia y ya tenemos que alejar los prospectos del medicamento si queremos leer aunque sea el epígrafe.
Lo mismo ocurre con el resto del cuerpo. Hay un dato sorprendente. El 25% de las personas de más de 65 años se caen una vez al año, este porcentaje llega al 50% a partir de los 85.
Lo peor, además del dolor o las posibles fracturas que esta caída puede provocar, es el miedo a volverse a caer ¿A cuántas personas conocemos que se han roto la cadera y ya no quieren volver a salir de casa? Incluso parece que hayan envejecido diez años de golpe y se empiezan a desencadenar problemas con consecuencias sociales, familiares, emocionales y psicológicas al no querer retomar la vida cotidiana que tenía antes de caerse. Se quedan encerrados y ni siquiera van a rehabilitación.
La Unidad de Prevención de Caídas de IMED Colón detecta las patologías que provocan las caídas y da las claves y tratamientos para evitarlas. La coordinadora de esta área, Vanesa Pérez Guillén, ha explicado en el programa de la 99.9 Valencia Salud, las causas más frecuentes de que las personas empiecen a caerse.
El equilibrio, el principal culpable
La edad y la falta de equilibrio es el hecho fundamental. En el equilibrio intervienen muchos factores. El primero es el oído. Al envejecer, sus estructuras se deterioran. El tímpano se hace más grueso y los huesos del oído interno y otras estructuras también se ven afectadas por el paso de los años.
El segundo factor es la visión. Catarata, presbicia…Si vemos peor, también nos caeremos con mayor frecuenca. Jamás se debe ir a oscuras cuando se llega a una determinada edad.
Por otra parte, la musculatura que sostienen unos huesos cada vez más frágiles no es igual de fuerte. Y, cómo no, también intervienen otras patologías a nivel cardiaco, neurológico, problemas de tensión. Incluso la medicación prescrita puede afectar al equilibrio al producir sueño o falta de reflejos.
Por ello, la otorrina Vanesa Pérez, junto al doctor Luis Bataller Alberola, especialista en Neurología, lo primero qué realizan son unas pruebas qué determinan el origen del problema. A partir de ahí, se ponen en marcha una serie de actuaciones para evitar que el paciente se caiga y que pasa desde sesiones de fisioterapia, operaciones o medicación. Todo ello con un seguimiento constante y una receta común: es obligatorio salir a pasear, quedar con amigos y no quedarse encerrado en casa.