#La Tramoya_ ¡Enhorabuena a los premiados!

Ya tenemos ganadores. La pareja afortunada que disfrutará de una cena con maridaje para dos personas en Alenar, taberna mediterránea, ya está lista para dejarse llevar por una experiencia culinaria que va más allá del paladar. Ubicado en pleno corazón de València, Alenar es mucho más que una taberna: es una declaración de amor al producto de proximidad, al aceite de oliva virgen, al pan de verdad y al vino que habla con acento valenciano. Su cocina, de raíces pero con mirada contemporánea, encuentra un cómplice perfecto en las Bodegas Enguera, que acompañarán la velada con un maridaje pensado para resaltar los matices de cada plato. Vinos ecológicos, honestos y con identidad, que narran con cada sorbo la historia de su tierra.

Y mientras unos celebran con copa en mano, en La Tramoya seguimos con nuestra cita habitual de los jueves: El Gastroturista, un espacio donde la gastronomía se mezcla con el viaje, la tradición con la innovación, y la tierra con el fuego lento de una buena conversación. Al frente, Vicente Gil, un entusiasta del sabor local y del relato que envuelve cada receta. Vicente no solo guía con conocimiento, sino también con pasión por lo auténtico. Su sección se ha convertido ya en un imprescindible para quienes buscan más que comer: quieren entender el porqué de cada ingrediente, el quién de cada cocina, el dónde de cada historia.

En esta edición, nos lleva primero hasta Villa Indiano, en Burjassot, donde Chabe Soler está llevando a cabo una labor tan deliciosa como necesaria: recuperar las recetas de nuestras abuelas a través de talleres de cocina tradicional. Chabe, con ese carisma que atraviesa micrófonos, no solo enseña a cocinar, sino a sentir lo que se cocina. Sus clases son una reivindicación del fuego lento, del puchero que no tiene prisa, del sabor que solo llega con paciencia y memoria. En ese precioso espacio que es Villa Indiano, la cocina se vuelve patrimonio emocional.

Después viajamos hasta Calpe, donde Gonzalo Mariconde nos abre las puertas de Rusticana, un restaurante que ha sabido encontrar el equilibrio entre lo rústico y lo creativo. Con una carta que apuesta por el producto de calidad y una interpretación libre de la cocina mediterránea, Gonzalo ha construido un espacio donde cada plato parece nacido del paisaje que lo rodea: mar, sierra y huerta. Su propuesta se aleja de la ostentación para centrarse en la emoción del sabor bien hecho.

Y como broche, el estudio se llena de aroma a paella. Nos visitan Pablo García y su hijo Pablo, al frente respectivamente de Verneta y Duna Puerto. Dos generaciones unidas por la pasión culinaria y, recientemente, finalistas en el prestigioso Concurso Internacional de Paella de Sueca. Hablar con ellos es asomarse a una herencia viva, al conocimiento que se transmite entre cucharas, al respeto por la receta más universal de nuestra tierra. En su relato hay orgullo, esfuerzo y un vínculo familiar que se cocina a fuego lento, como las buenas paellas.

Así, entre conversaciones y sabores, entre tradición y creatividad, El Gastroturista sigue tejiendo esa red invisible que une a quienes cocinan con el alma y a quienes saben disfrutar con los cinco sentidos. Porque la gastronomía, cuando se cuenta bien, alimenta mucho más que el estómago.