
El futuro de las pensiones en España, a debate La Tarde con Marina
Los jóvenes deberán retrasar su jubilación hasta los 71 años para cobrar una pensión digna
Para poder jubilarse es necesario acreditar un número de años cotizado determinado y tener la edad legal para convertirse en pensionista. Estos dos requisitos no son estancos, por lo que muchos trabajadores deben retrasar su retiro unos años hasta reunir el tiempo de cotización suficiente para despedirse de su empleo, o para que la pensión resultante no le sea recortada. Esta regla suele tener que estirarse más para aquellos que han entrado tarde al mercado de trabajo, y, por tanto, no han podido desarrollar una carrera laboral lo suficientemente larga cuando alcanzan la edad para jubilarse. Según apuntan las proyecciones del último estudio elaborado por el Ivie y la Fundación BBVA para 2065, los jóvenes de hoy que solo hayan podido cotizar 30 años hasta entonces deberán retrasar su
retiro hasta los 71 años para que la pensión a la que tengan derecho sea similar a la de su último salario. Algo que lograrían a los 65 años aquellos con 40 años de cotización a sus espaldas; y a los 68 quienes presenten 35 años.
El informe también apunta a que las reformas en el sistema de pensiones que se han aprobado y que afectarán al cómputo en un horizonte cercano tampoco contribuirán a facilitar en el futuro el adiós de los trabajadores más jóvenes. Entre esas modificaciones están el aumento de la edad ordinaria de jubilación hasta los 67 años para aquellos que tengan carreras de menos de 38,5 años cotizados en 2027; y la subida hasta 37 años cotizados necesarios para alcanzar un 100% de la base reguladora en 2027. O también la ampliación del número de años para calcular la base reguladora, para llegar en 2044 a considerar los 27 mejores años dentro de los últimos 29.
Tomando como base los datos del último ejercicio completo del mercado laboral, y aplicando sobre ellos las modificaciones normativas futuras, el estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación BBVA establece sus proyecciones de cara a 2065 (dentro de 40 años) sobre la base de cuánto tiempo y hasta qué edad será necesario seguir trabajando para que la tasa de reemplazo (la diferencia entre la pensión y el último salario percibido o básicamente cuánto de tu último sueldo te llevas a la prestación) de aquellos recién incorporados sea lo más reducida posible.