
La voz poética de Lucía Estrada en el espacio de Pegando la Hebra Palabra de poeta Lucía Estrada
“Hay tanta luz en este diálogo con las sombras… Agua siempre, y fuego herido de oscuridad”
Lucía Estrada (Medellín, Colombia, 1980) es una de las voces poéticas más importantes de Latinoamérica. En 2005 se alzó con el Premio de Poesía Ciudad de Medellín; Ha ganado en dos ocasiones el Premio Nacional de Poesía de Bogotá, una de las más importantes distinciones, sino la más, en este ámbito en Colombia. Obtuvo la Beca de creación en poesía, Alcaldía de Medellín en 2008. En 2009 fue nominada por la UNESCO al Premio de Poesía Joven Struga. formó parte del comité organizador del Festival Internacional de Poesía de Medellín entre los años 2003 y 2007 y es miembro del comité editorial de la revista Alhucema de Granada (España). De sus libros, que han sido traducidos al inglés, alemán, francés e italiano y forman parte de innumerables antologías de Iberoamérica, destacamos: Fuegos Nocturnos (1997), Noche Líquida (Ministerio de Cultura, Costa Rica, 1999) Maiastra (Ediciones Arlequín, Medellín, 2003) Las Hijas del Espino El Ojo de Circe (Universidad Externado de Colombia, 2007) El Círculo de la Memoria (Antología), 2008 – Lustra Editores, Perú. La noche en el espejo (2010)
Cuaderno del ángel (2012)
Katábasis (2017)
Lucía Estrada, una de las autoras latinoamericanas más reconocidas de las últimas generaciones y críticos de más de doscientas universidades la eligieron como una de las cuarenta voces más importantes del español en la actualidad en el libro El canon abierto. De su poesía se ha dicho que explora el mundo de la noche, el símbolo, la escritura como destino, el misterio del ser y el sueño. Juan Manuel Roca escribió en el prólogo de Las Hijas del Espino que, “es uno de los más bellos libros que se hayan escrito en Colombia, desde la Madre Josefa del Castillo a nuestros días». La crítica literaria Berta Lucía Estrada Estrada, escribió: “La noche en el espejo y otros poemas”, una antología personal de la poeta Lucía Estrada, es un libro que he leído varias veces, como me pasa siempre que encuentro una obra de poesía que me toca fibras sensibles; en este caso ocultas en la memoria–bruma de Colombia, el país que nos vio nacer. Sus poemas son de una gran riqueza polisémica, profundos, como el más ignoto de los océanos, filosóficos, y muy dolorosos. Vienen de otra parte, de un lugar sin nombre ni geografía; y, sin embargo, es allí adónde nos conducen nuestros pasos sin que podamos escapar a sus designios, ocultos en los arcanos de su universo poético. Escuchar el eco lejano de su voz es adentrarse en un mundo desconocido e inquietante, exige mesura, tacto; por eso no me he precipitado para escribir sobre su libro. He tenido que beber de su fuente varias veces para no sucumbir ante el desafío de sus imágenes, del vacío y del abismo que se bordea cuando recorremos sus páginas.”
Estos son algunos fragmentos del hermoso texto escrito en 2013 para la revista Literariedad en el que la poeta se define a sí misma: “Estoy conmigo misma, y mis dedos buscan aferrarse a las páginas de un libro, al deseo de quedarme todavía un poco más entre mis cosas, entre los seres que amo. Urgencia de acercar la vida y llamarla por su nombre. Invocarla, verla girar y mezclarse con mi sombra. Entonces pregunto, y la poesía viene a mi encuentro. Busco en ella desesperadamente. Sé que nada me he propuesto tan difícil. También sé que no habría podido elegir mejor el lugar de mi derrota. Pero creo, y eso todavía me da fuerzas. ¿Y qué es lo que creo? Creo en el silencio, en la tarea de recomenzarlo todo, de echarlo todo abajo y volver a poner pacientemente las piedras hasta que la muerte haga lo suyo. Muchas veces, todas las veces (…) Qué grande es el esfuerzo de construir en el vacío (…) Cuando escribo, todo parece tener una voz propia (…) Escribir es un reaprendizaje del silencio, de las palabras y de las formas, sin importar si éstas son superiores o inferiores, luminosas o sombrías, bellas o terribles, inocentes o perversas. La poesía es mi diálogo con la sombra, nada hay en ella por azar (…) Cada vez que llega el impulso inaplazable de escribir, se alza en mi sangre un deseo de afirmar la vida, de romper eso que siento tan seguro, de quedarme a la intemperie, de asumir esa intemperie como lo hicieron otros. Mi aspiración más alta es hacerme libre, verdaderamente libre. Cómo quisiera que esa libertad me llegara en los siguientes minutos… Hay tanta luz en este diálogo con las sombras… Agua siempre, y fuego herido de oscuridad (…) La noche que se apodera de los cuerpos y canta.”
Pegando la Hebra, dirige y presenta, María Vicenta Porcar, control de sonido, Juan Lafuente. 99.9 Valencia Radio, dial 99.9 FM Valencia (España) y www.la999.es. Podcast: en la web y App de la emisora, Ivoox, Spotify, Youtube, etc.