El macabro caso de Daniel Sancho, a debate La Tarde con Marina
La polémica condena al hijo del actor Rodolfo Sancho. Se salva de la pena de muerte luego de distintas negociaciones para dar paso a una cadena perpetua en Tailandia.
El pasado jueves vio la luz la sentencia de Daniel Sancho, que fue condenado a cadena perpetua por el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia. Un crimen que le ha llevado además a cambiar de prisión, pasando del centro penitenciario de Koh Samui al de Surat Thani.
El treintañero fue condenado a cadena perpetua por el asesinato premeditado del cirujano colombiano en la vecina isla de Phangan. Tras la lectura de la sentencia, Sancho habría solicitado expresamente al juez poder permanecer en su actual prisión, pero este le comunicó que la ley de Tailandia no lo permite.
Surat Thani contaría actualmente con 5.400 reos (incluidas 626 mujeres), diez veces más que la de Samui. Daniel Sancho fue trasladado a esta última al poco de ser arrestado, ya que ejerce de centro penitenciario de Koh Phangan y Koh Tao además de Koh Samui. Una circunstancia que le resultó muy práctica, por su proximidad al tribunal donde se ha desarrollado su juicio. La mudanza de Samui a Surat Thani representa pasar de “un balneario” al “infierno”, en palabras de un letrado local.
Por lo que ha trascendido, la sentencia sostiene que existen pruebas factuales de que Sancho asesinó a Arrieta con premeditación, cosa que lo hacía merecedor de la pena de muerte, que sin embargo fue rebajada a cadena perpetua por motivos de distinta índole. Entre ellos, su disposición a responder a todas las preguntas durante el proceso y, probablemente, su confesión inicial auto-inculpatoria, de la que luego se retractó, siguiendo la nueva línea de defensa marcada por abogados y criminólogos mediáticos de la capital de España, ajenos a los usos y costumbres judiciales de Tailandia.
El padre de Daniel Sancho, Rodolfo, que es quien seleccionó al equipo jurídico, manifestó su determinación de “seguir luchando”, tras el jarro de agua fría.